Derechos Humanos ayer, hoy y siempre (Por Álvaro Lima – Diputado Nacional)

Cada 20 de mayo acompañamos la Marcha del Silencio y con ella reivindicamos la importancia del derecho a la verdad, la justicia y la memoria.

Hoy, como en cada instancia de nuestro accionar político queremos sumarnos a las decenas de miles de voces que claman por justicia y reparación.

El respeto a los derechos humanos no es solo un tema del pasado, sino que por el contrario es un tema más presente que nunca. Es una dimensión fundamental de nuestra vida en colectivo que es necesario reivindicar día a día. Cuando se alzan voces revisionistas y negadoras del pasado que buscan borrar los horrores cometidos en la época previa y durante la dictadura, nosotros debemos defender la memoria como el camino más efectivo para alcanzar un nunca más.

Eso requiere trabajar activamente desde todos los ámbitos en la promoción y difusión del respeto a los derechos humanos por parte de la ciudadanía. Hoy es tiempo de garantizar especialmente que las nuevas generaciones comprendan y valoren la importancia de que respetemos el derecho a la vida, a la integridad física, a pensar distinto, a la libertad de expresión.

En tiempos donde la facilidad de un click permite que todos estemos más conectados, también vemos espacios para la agresión, la polarización e incluso, el fundamentalismo. La difusión de discursos de odio se reproduce a una velocidad inusitada y aleja aún más los puntos de encuentro e intercambio.

Creo firmemente en que cada uno de nosotros desde el lugar que nos toque tenemos un rol para jugar en la defensa de los derechos humanos, la memoria y la obtención de justicia.

Como parlamentario me comprometo a priorizar espacios de diálogo, cooperación y sana convivencia política con quienes piensan diferente. El camino del respeto a la diversidad de opiniones y la tolerancia es el que hemos venido y seguiremos construyendo. Cuando se rompen los puentes que pueden unirnos, cuando nos basamos en falsas premisas para calificar al otro sin antes escuchar sus puntos de vista, no solo perdemos nosotros, sino especialmente la democracia. Y allí está el cimiento para la polarización que conlleva violencia y, que alienta algunos nostálgicos del pasado a reivindicar discursos autoritarios.

Para que el nunca más a las violaciones a los derechos humanos sea efectivo cada uno debemos cumplir un papel más activo en la defensa de la democracia y las libertades más esenciales. De este lado de la historia me encuentro yo y miles más.

Álvaro Lima

Diputado Nacional

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