Albisu está haciendo lo que tiene que hacer.

Es lógico que existan expectativas y ansiedades tras una elección histórica como la que vivimos en Salto. Pero también es importante entender que gobernar no es apurarse, sino construir con responsabilidad.

Carlos Albisu ha demostrado ser un líder reflexivo, que prioriza los acuerdos sólidos y una transición ordenada. No se trata de correr a repartir cargos, sino de planificar un gobierno serio, con rumbo claro y con un equipo que esté a la altura del compromiso asumido con la gente.

Las reuniones llegarán, como siempre lo ha hecho. Mientras tanto, se está trabajando en la transición institucional y también en proyectar a Salto al mundo, como lo demuestra su próxima misión a Israel en busca de inversiones.

El apuro no puede estar por encima de la responsabilidad. Y en eso, Albisu tiene razón.